El domingo soñé con arañas. Hasta ese momento no era aracnofóbica, es más, siempre creí que los aracnofóbicos eran bastante exagerados. Antes de haber tenido ese sueño, las arañas me causaban impresión, pero no una impresión que no pudiese manejar, digamos que era parecida a la impresión que me da lavar los platos, pero ahora ya estoy del otro lado, soy aracnofóbica hasta la médula, al punto de no comprender cómo es que antes no lo era. Al principio me alegré porque, si bien acababa de adquirir una fobia más, leyendo el significado de los sueños de no me acuerdo qué página esotérica, me enteré que soñar con arañas auguraba éxitos en los proyectos que emprendiera. Pero claro, que lo que me pronosticó la página resultó ser totalmente falso, ya que emprendí el proyecto de recordar en su totalidad la canción “La farolera” y no hubo caso, hay dos versos que no logro hacerlos salir de mi inconsciente:
La farolera tropezó
y en la calle se cayó
y al pasar por un cuartel
se enamoró de un coronel.
Alcen la barrera
para que pase la farolera
(mmmmmmmm)
(mmmmmmmm)
y encendió el farol.
A la medianoche se puso a contar
y todas las cuentas le salieron mal.
Me pregunto si seré la única de mi generación que sabe esa canción, o si en realidad era una canción común en esa época. Lo que sí me acuerdo perfectamente es que cuando me la enseñaron era muy chiquita y no sabía qué era una farolera. No sé por qué, me la imaginaba como un animalito rosa que usaba un sombrero con plumas (una mezcla de pantera rosa y hormiguita viajera). Por otra parte, también recuerdo que en esa época sabía contar hasta ochenta y cinco, por lo que el final me desorientaba bastante: las cuentas estaban bien, che, pobre farolera, la trataban de tonta y no era ninguna tonta:
Dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos
ánima bendita
me arrodillo en vos.
(qué pesado el que se arrodillaba: habiendo tantos lugares, justo en la farolera se tenía que arrodillar)
La farolera tropezó
y en la calle se cayó
y al pasar por un cuartel
se enamoró de un coronel.
Alcen la barrera
para que pase la farolera
(mmmmmmmm)
(mmmmmmmm)
y encendió el farol.
A la medianoche se puso a contar
y todas las cuentas le salieron mal.
Me pregunto si seré la única de mi generación que sabe esa canción, o si en realidad era una canción común en esa época. Lo que sí me acuerdo perfectamente es que cuando me la enseñaron era muy chiquita y no sabía qué era una farolera. No sé por qué, me la imaginaba como un animalito rosa que usaba un sombrero con plumas (una mezcla de pantera rosa y hormiguita viajera). Por otra parte, también recuerdo que en esa época sabía contar hasta ochenta y cinco, por lo que el final me desorientaba bastante: las cuentas estaban bien, che, pobre farolera, la trataban de tonta y no era ninguna tonta:
Dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos
ánima bendita
me arrodillo en vos.
(qué pesado el que se arrodillaba: habiendo tantos lugares, justo en la farolera se tenía que arrodillar)
3 comments:
Alcen la barrera
para que pase la farolera
de la puerta del sol
sube la escalera
y encendió el farol
La cantaba así, con incoherencia en su tiempo verbal. De chico no me sabía las letras, me sabía la fonética.
yo la cantaba casi igual que peluxx, creo que asi:
alcen las barreras
para que pase la farolera
de la puerta al sol
suba la escalera
y encienda el farol....
puede ser, no???
¡gracias chicos por el refresco de memoria! Ahora me acuerdo que la cantaba como Peluxx, con incoherencia en los tiempos verbales.
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