Friday, March 31, 2006

amiga

¡Qué sería de la vida sin amigos! Viv me dice ¿Por qué no exponés tus cuadros? son muy lindos, y yo sé que lo dice por la amistad que nos une.

última consideración por hoy

El primero en borrar al otro de sus contactos es quien salió más herido de la relación.

(así que estimado lector, si quieres disimular tu desgarramiento cardíaco, no lo borres)

cansancio

Ayer me senté durante dos horas en el piso para escuchar una clase de Literatura Argentina, esperé una hora el tren, debí viajar apretujada conteniendo la respiración para evitar oler cosas nada agradables, llegué casi a la 1 de la madrugada a mi casa, no había nada para comer, me fui a dormir, no pude dormirme hasta las 3 de la mañana, así que me puse a pensar si todo esto tiene sentido. Mejor no pensar, mejor no pensar. Ando de capa caída.

Microfísica del desorden

Cada vez que intento ordenar las carpetas y archivos de mi PC me encuentro enfrentada al monstruo abismal de lo inconmensurable, o algo por el estilo que suene así de rimbombante. Por ejemplo, la carpeta de los archivos de la facultad está adentro de una carpeta que se llama “Desdémona”, que es una obra de teatro que escribí en el 2004, pero el archivo de la obra se encuentra en una carpeta que se llama "Personales". Asimismo, la carpeta “Desdémona” está ubicada dentro de otra carpeta que se llama “2004” y la carpeta “2004” está adentro de otra que se llama “2005”. La carpeta “Imágenes” está vacía y los archivos de fotos están adentro de una carpeta que se llama “Cosas lindas”. “Cosas lindas”, por su parte, está adentro de una carpeta que se llama “David Lynch”. En la carpeta de “Saer” también hay fotos y la monografía final de Teoría literaria II. El ensayo de Saer propiamente dicho está en una carpeta que se llama “Serie”. El archivo de la serie que estuve escribiendo en el 2004 recién acabo de encontrarlo en una carpeta que se llama “Sólo para mí” y lo borré, era horrible, insalvable. En la carpeta “Música” hay archivos de partituras y también otra carpeta que se llama “Poesía”. En “Poesía” están los MP3 y un Zip del libro Orgullo y Prejuicio. En la carpeta “Ebooks” hay algunos libros, pero también está una especie de diario íntimo que escribía en el 2002. Las poesías están desparramadas por todos lados, así que el día que quiera reunirlas, tendré que entrar a todas las carpetas, cosa que evito sistemáticamente: hay algunas carpetas que hace años no reviso (tengo miedo de lo que me puedo llegar a encontrar).

Thursday, March 30, 2006

Un intelectual de vanguardia


"Es evidente que la única literatura válida de hoy en día es la que se halla en los informes y las revistas científicas" W.B.

Wednesday, March 29, 2006

"Los asesinos tímidos"

Pueden conseguirla en los lugares que figuran a continuación. Recuerden que en mayo llega el número de dos, con más páginas y artículos muy interesantes gracias a los colaboradores de lujo que amablemente nos acompañan en este proyecto.

Librerías:
Bauen: Callao 360
Belleza y Felicidad: Acuña de Figueroa 900
Biblos: Puan 378
Centro Cultural de la Cooperación: Corrientes 1543
Clásica y Moderna: Callao 892
Edipo: Corrientes 1686
Gambito de Alfil: José Bonifacio 1402
La boutique del libro: Thames 1762
La cita: Charcas 3315
Librería de las Madres: Hipolito Yrigoyen 1584
Prometeo: Honduras 4912
Rayo Rojo: Santa Fe 1670

Kioscos:
Callao 1812
Callao y Corrientes
Corrientes 1620
Corrientes 1800
Corrientes 1811
Corrientes 1894
Corrientes 2084
Puesto 62: Parque Rivadavia

La fiesta de Sigmund


El Pésame, cuando yo recibía educación religiosa, no estaba de moda, sin embargo, mamá me lo enseñó a rezar igual. Siempre me pareció terrible esa oración, pero como a ella le gustaba, yo trataba de evitar interpretar esa sucesión de palabras, simplemente las repetía, y a fuerza de repetición, es el día de hoy que cuando estoy angustiada, o simplemente aburrida, vuelven a mi cabeza: “Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que me merecí y por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos”. Ah, una verdadera pesadilla de culpa, pero la razón principal por la que el Pésame me parece terrible es porque tiene malas intenciones. Eso de “y propongo firmemente no pecar más” es cualquiera, ¿cómo no voy a pecar más?, pensaba cuando era chica, hasta los santos se debían mandar sus pecadillos de vez en cuando. Además, si esa proposición fuese cierta, el Pésame se debería rezar una sola vez en la vida, porque si no se peca más ¿para qué rezarlo, si no hay nada de qué arrepentirse? Dios, ¿me querés hacer pisar el palito, no?, le preguntaba picaronamente, y por las dudas, para no recibir castigos divinos extras por proposiciones no cumplidas, lo rezaba con los dedos cruzados. Ayer tuve una pesadilla: era de noche y estaba sola en una iglesia. Rezaba. Empecé a desesperarme porque no lograba recordar el final de la oración: “y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de… de… de… “¡de deseo!”, me grita Jesús, y se baja lo más campante de la cruz. Todo chorreante de sangre empieza a caminar hacia mí y me despierto sumamente sobresaltada, pero no por la sangre, sino porque, en realidad, la oración no termina con la palabra deseo, sino con la palabra pecado, “evitar todas las ocasiones próximas de pecado”. Maldito inconsciente mío, pienso, ¿por qué seré tan de manual?

Wednesday, March 22, 2006

Sarah Kay


Estuve dando vueltas por Other voices, other rooms. Siempre me fascinaron los personajes como Idabel Tompkins, esa pelirroja tremenda, medio marimacho, con las rodillas huesudas llenas de cicatrices, a la que nadie, nunca, vio llorar, ni siquiera cuando le mordió una serpiente venenosa la pierna. Pienso que si siempre me fascinaron los personajes como Idabel, es porque se trata de personajes totalmente opuestos a lo que fui yo de chica. A mí solían decirme “qué femenina es esta nena” o “qué coqueta” (y hablando de coquetería: una vez, a los cinco, en un cumpleaños me caí de una hamaca, me rompí la nariz y me hice un moretón gigante en el ojo, y lloré mucho, pero no porque me dolía la cara, sino porque me había despeinado). En fin, en la primaria no era del grupo de las del fondo, sino de las que se sentaban en los primeros bancos, con el uniforme impecable, el moño rojo en la cabeza y la cartuchera llena de lápices y gomitas de colores, era de las del grupo a las que despectivamente llamaban “las chicas Sarah Kay”. Al igual que las chicas reas, sí me fracturé huesos, pero nunca por subirme a árboles altísimos, ni por caerme en medio de una corrida de vida o muerte escapando de algún lío. Cuando tenía diez meses, la hija de una amiga de mi mamá me quiso hacer upa, no me sujetó bien y terminé en el piso. Consecuencia: me rompí un tobillo. Más tarde, a los ocho años, me subí a un tronco de no más de 15 cm. y me rompí el húmero izquierdo Ahora, a la distancia, pienso que uno no elige a qué grupo pertenecer, digamos que hay ciertas condiciones ¿naturales? que nos ubican en ellos. Mi vocecita y la obsesión de mi mamá por la pulcritud de sus hijas me parece que fueron determinantes al momento de pertenecer a un grupo. En la adolescencia me rebelé: me corté el pelo, adopté un estilo grunge, traté de incorporar más y más malas palabras a mi vocabulario habitual, pero nunca, nunca, logré dar la apariencia de rea. A lo sumo me decían: estás deprimida, no?

Monday, March 20, 2006

Clarice Lispector

Ahora, desde que Julieta Prandi declaró que es fanática de Clarice Lispector, es difícil descubrir a esta escritora de manera azarosa, pero mi historia con Clarice, por suerte, fue anterior a la fama de Julieta:

Ella hablaba a los gritos en francés, recién volvía de París y en cinco meses había aprendido a decir bastantes blasfemias en ese idioma (lo primero que uno aprende y lo último que se olvida, creo). Él no volvía de París, pero al igual que ella era bailarín. Yo estaba con Carolina caminando por San Telmo cuando vimos que ella salió a los gritos de un bar y él detrás de ella. No recuerdo cómo fue que empezamos a hablar, la cuestión es que nos caímos simpáticos y terminamos los cuatro en el Británico. Hablamos hasta el amanecer. En esa época yo no salía sin mi cuaderno (no sé por qué perdí esa costumbre) y en un momento de la noche, no sé qué fue lo que dije, qué a él se le ocurrió escribir en mi cuaderno Clarice Lispector. Así supe de Clarice. Muchos años después, más precisamente el sábado pasado, Cata nos dice a Caro y a mí que ella también descubrió de una manera extraña a Clarice, pero no llega a contarnos cómo la conoció, sino que inmediatamente trae el libro y Caro lee “San Tiago”:

No, no toda lucidez es frialdad. No la de San Tiago Dantas, por ejemplo, que era acusado de frialdad. Si bien el propio Schmidt se contradecía al respecto.

Conocí a San Tiago en París. Enseguida formamos un grupo. Y no sé por qué resolvimos que aquella noche saldríamos a recorrer los night clubs de París. Cosa que hicimos hasta el amanecer. Donde los violines cantaban demasiado afinados y muy cerca de nosotros, allí íbamos. Pero sucede que en una noche larga se bebe. Y yo no sé beber. Si bebo, o me da sueño o lloro un poco. Pero si sigo bebiendo, empiezo a ponerme brillante, a decir cosas. Y no sé qué es peor. Esa noche sucedieron ambas cosas. San Tiago, si era de llorar, no lo mostraba. Su lucidez en verdad era un gran control y no frialdad.

Ay, cuántos muertos ya había potencialmente en el grupo. Schmidt, Bluma, Wainer, San Tiago. Nadie lo sabía. ¿O lo sabíamos? A tal punto que no soportábamos un sinfín de violines afinados.


Había una dueña de boite que también actuaba como cajera. Llevaba los hombros descubiertos, hombros plenos y muy fuertes. Hablamos mucho de hombros. Los míos se veían frágiles. ¿Qué había bebido? Lo que me dieron, y mezclé mucho.Hasta que empezó a madrugar, a casi amanecer despacio. Nadie tenía sueño, pero ya era hora. Nos fuimos caminando. Y San Tiago descubrió en las esquinas de París a las primeras vendedoras de flores. No puedo decir cuántas rosas me compró. Sé que yo marchaba por las calles sin poder cargarlas de tantas que eran, y que a medida que caminaba las rosas se caían al suelo. Si alguna vez fui linda fue en aquel amanecer de París, con rosas que caían de mis brazos plenos. Y un hombre que engalana a una mujer no tiene una lucidez fría.


El relato sigue, pero Caro, que tiene una adorable inclinación hacia los finales felices, decidió culminar ahí la lectura.

(las negritas son mías)


Friday, March 17, 2006

Sadness and indolence

todas balas
palabras
incrustadas en el estómago

pesadillas:

* caer de boca en medio de la calle

* como un lobo deprimido
deambular

* ver
envueltos
en sábanas
manchadas
de menstruación

deseos

deseos
hipotéticos:

* destierro

* Estado y enemigos

* pataleo

y en plena conciencia
el problema:

* nadie me obliga a salir
de esta pocilga de nena
rosa
rosa
sin padre al que engatusar

* soy un monstruo asustado

pensar:

* que todo esto
es tan sólo el disfraz
de un beso

* una mirada
difícil

Judy Abbott, 1968.

Thursday, March 09, 2006

Presentación de "Los asesinos tímidos"

Digamos que la noche del martes no fue la noche más verborrágica de mi vida, así que aprovecho este medio para agradecerles a todos por habernos acompañado (incluidos los que no pudieron venir, pero igual nos alientan a la distancia en este proyecto).

Acá están las fotos de la presentación.

Monday, March 06, 2006

Nunca mejor descrito: Homo-histéricus


Lo que sigue a continuación es un comment de éste post, que describe de manera brillante la categoría "Homo-Histéricus".

Pía dijo...
Ya lo dije una vez y me tildaron de resentida... La realidad es que hay una nueva categoría: el "Homo-Histéricus" Esta especie tiene varios hábitats. Se lo encuentra tanto el el Rosedal de Palermo ( guiño cómplice para Bebu) como en las urbanidades de nuesta querida Baires...Y si señoritas, quien no haya experimentado con un ejemplar de esta naturaleza que tire la primera piedra!!! ( y que nos digan como evitarlos) Misión Imposible: Es difícil encontrar la estrategia adecuada para poder "dar en la tecla" con estos individuos... Aparecen de la nada, te tiran onda, utilizan vocablos como "te llamo", "nos vemos", " me gustás", etc (por su puesto todo esto por MSN!!!!) Y luego, cuando es la ahora de los bifes ... AQUI NO HA PASADO NADA SEÑORES!!! El Homo-Histericus esconde la cabeza cual avestruz, o siguiendo con el Reino Animal ( cuantas similitudes estoy encontrando, a propósito!), se entierra en la arena como el escarabajo; o se hunde en el agua como el hipopótamo y sólo deja los ojitos para espiar... suerte de vouyerismo reprimido, porqué no?Finalmente, cuando ya creés que todo está perdido y comenzás a mirar para el costado: zácate!!! Acecha nuevamente con un "cómo estás tanto tiempo?" De ahí en más sólo hay un paso para el famosísimo: "y si esta vez se pone las pilas...?"NO WAY GIRLS!!!

Friday, March 03, 2006

Paseo por San Telmo (un domingo de abril de 2005)

Cuando hago orden en mi PC generalmente encuentro cosas lindas.

Thursday, March 02, 2006

"Volveré"

Tomada por José Rombolá en Alsina y Pasco, el 25 de mayo de 2003.

Wednesday, March 01, 2006

Cambio intempestivo

¿me corto el pelo o cambio la plantilla del blog?
Voilà.

Merdcredi

Cosas que pensé en el subte:

*Katherine Mansfield sería una excelente blogger girl.

*Quisiera poder escribir como fille putain, pero de sólo pensarlo me pongo colorada.

*Me gusta el blog de lolamaar, tiene algo, no sé bien qué es, que me encanta.

*Quiero cobrar, quiero cobrar, quiero cobrar.

*Necesito comprarme ropa.

*En otra vida voy a ser diseñadora.

*Para mí que el boletero del subte que confesó en http://www.tusecreto.net/ que cuando se junta mucha gente en la cola los atiende más despacio (a propósito, para que pierdan el subte) es el de la estación Bulnes, el chico rubiecito y ojeroso que en sus breaks toma café en el Vilas.

*Fucking miércoles.

*El amor es imaginario.

Sesión extraordinaria

1. Bajo del colectivo y encuentro plata tirada en la calle. Bastante. No sé cuanta. No una millonada, pero bastante y… ... ...
la dejo ahí.

2. Camino por Coronel Díaz pensando por qué no me apoderé de la plata. También pienso que esto no se lo voy a contar a mi psicólogo porque él lo resume todo hablándome de mi goce en la falta.

3. Es temprano. Entro en el bar al que voy siempre antes de análisis y el mozo me dice Hola, ¡qué bueno verte por acá otra vez! Tanto tiempo… ¿estuviste de vacaciones? Sí, le digo, y si bien no le miento, le oculto información: de vacaciones sólo estuve 15 días y todo el resto del tiempo me dediqué a esquivar, con excusas cada vez menos creíbles, al analista.

4. Me siento en una mesa que da a la ventana. La ventana está abierta. Pasa una enfermera. Me mira. La miro y me dice: ¿Vos sos Sol? No, no, respondo, pero como dudando realmente si seré o no seré Sol. Ah, te parecés mucho a Sol. Se va y me quedo con una sensación inexplicable.

5. Cuando era chica me quería llamar Sol. Le insistí a mi mamá para que me cambie el nombre pero no hubo caso. Eugenia es más lindo me decía. Entonces, arremetí contra el apellido. Lloraba horas y horas. Hacía unos berrinches terribles, pataleaba, me ponía toda roja de bronca porque mi apellido me parecía lisa y llanamente horrible. Si te escucha tu papá te va a matar me amenazaba mi mamá y como sus amenazas no tenían ningún efecto sobre mí, terminaba llevándome hasta el baño y me metía debajo de la ducha, así como estaba, toda vestida.

6. Frente al café negro pienso que si me hubiesen llamado Sol, la construcción de mi identidad hubiese sido más feliz. Sol es cálido, luminoso y, sobre todo, literal. Me dirían Solcita, Solcito, Sol. Qué lindo. En cambio Eugenia significa “bien nacida” y agrega a las preguntas ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, la pregunta irrespondible por excelencia: ¿bien nacida para qué?

7. Hace muchos años tuve un amigo que me decía Bienna. Fue uno de mis mejores apodos. Me acuerdo que en su cuarto tenía colgado un póster gigante con las imágenes de los dioses griegos y a algunos también los tenía en estatuillas.

8. Una pena extraordinaria, una pena extraordinaria, una pena extraordinaria. No sé por qué, al salir del bar me retumbaba esa frase en la cabeza.

9. Espero a mi psicólogo en la sala y leo una nota acerca del furor que provocó la traducción del Martín Fierro en Japón, o China, o Corea, no me acuerdo. En una página aparece la versión bilingüe japochireano-español de los primeros versos del Martín Fierro y, oh, sorpresa, ahí está la frase que me venía dando vueltas.

Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela;
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.

10. ¿serán signos de esquizofrenia o soy efectivamente una niña índigo que predice el futuro con diez minutos de anticipación?

11. Mejor no pregunto más nada, estoy de mal humor, demasiado cansada.

12. It’s been a hard day’s night y todavía no llegué a casa.

13. Debería cantar.