Wednesday, December 28, 2005

Canción de loco amor


Estoy enamorada de un fantasma. / Es como yo, pero no existe. / No tiene dientes, no tiene manos, / no tiene boca, no necesita besar. / Me dice “detesto el amor” / Y yo ando loca atrás de él. / Es como yo, pero no existe. / Es como yo, pero sin ojos. / Nunca se cansa, no sueña. / No es tan malo como parece, / no, no es tan malo, / cuando ladra no muerde / cuando está en problemas / no me necesita / y si pasa una modelo / ni la mira / porque no tiene ojos, / no tiene manos / y yo ando loca atrás de él. / Es como yo, pero no existe / Me dice “detesto a Kierkegaard”. / No necesita leer, no le hace falta saber / las pavadas que yo escribo sobre él. / No es tan malo como parece, / no, no es tan malo, / si se sienta en el sofá / yo me acomodo al lado de él / luego prendo un cigarrillo / le tiro humo en la cara / y no lo puedo creer / mon dieu / il est très bel..

traducción: Yvonne Orozco.

Piano Forte


Mon père.
Ô cette enfance!...
.............................................
- et tirons-nous la queue!.
François Coppée.
A. R.


A veces sucede que las niñas se sientan frente a un canario y se sorprenden de que éste pueda bailar tan bien un concierto de Chopin.

¿Cómo hace -se preguntan mientras estiran los brazos- para no caer en la tentación de abrir las alas y entristecer?

Él infla su pecho. Plumas más oscuras y brillantes despiertan en ellas el deseo de robarles las fantasías a sus madres y salir de esa habitación, que tiene una puerta tan grande que no existe todavía.

Ya ansiosas por bailar e inflar sus pechos apenas la luna se asome, ya listas para rodar sobre una piedra rosada hasta el precipicio y seguir bailando en el aire, se preguntan:

¿cómo hace para no caer- mientras sin darse cuenta se abrazan a sí mismas- en la tentación?
Muriagna.

Basiers volés



* Había dos cosas que me obsesionaban en mi primera infancia, una era que no quería morirme con los ojos abiertos y otra eran los besos. A falta de primos, practicaba besos con lo que tenía a mi alcance: espejos, paredes, brazos propios, etc.

* Durante mucho tiempo creí que besar en la boca era una cuestión sólo de labios y me resultaba inimaginable pensar que la lengua intervenía también en dicho acto. Cuando digo mucho tiempo, no es una forma de decir, realmente pensé eso durante mucho tiempo, así es como a los trece, cuando un chico me besó por primera vez, casi me muero del asco al sentir su lengua adentro de mi boca. Recuerdo que pensé que el hecho de besar era una cosa bastante poco higiénica.

* ¿Lo leí en algún lado? ¿me lo contó mi mamá? ¿lo vi en la tele? La cuestión es que dicen que antes las personas eran mucho más habilidosas en el arte de besar.

* Un tiempo después dejé de pensar en la higiene.
* Me dejé llevar.

* Tanto, que el beso pasó a ser lo más importante.

* Y no soy la única, hay varios que opinan como yo. Si alguien besa mal… no hay nada que hacer.

Monday, December 26, 2005

Pienso que esto no tendría que postearlo, pero bueno, ya está, dentro de poco me tomo vacaciones.

Esto de reconocerse todo el tiempo en las películas es malo, muy malo, no permite el distanciamiento necesario para adoptar una posición crítica. Pero igual no puedo evitar sentirme Harry cuando pasea el 31 de diciembre a la noche por las calles vacías y trata de convencerse de que así está bien. Claro que cuando ve a una pareja besándose se deprime. Al rato se recupera y sale corriendo a buscar a Sally que está sola en una fiesta. Entonces, cuando la encuentra, le dice las cosas más románticas del mundo y después se casan. La crueldad del cine es que hace que uno se identifique con sus personajes, sin dejar de demostrar que él es otra cosa totalmente diferente a la vida. La mía, en paralelo con When Harry met Sally, digamos que llega hasta el momento en que Harry se deprime. Y el resto... no merece ser filmado.

* después de escribir esto me pregunté: ¿por qué no me identifico con Sally?, y me respondí: es que no soy de las que esperan en las fiestas a que venga un Harry a buscarlas, no soy del tipo de chicas que le gustan a Harry. Me veo más vagabundeando por la calle y disfrutando de mi soledad (hasta que veo a una pareja y me deprimo).

Pasé el 25 a todo cine

"La noche del 31 de diciembre va a ser difícil." M.H.

Giuletta degli spirit. Me dio ternura el comentario de mi mamá: ¡Qué buena actriz Giulietta Masina! Aunque cuando yo era chica no podía entender cómo una actriz tan fea podía ser tan conocida.

Jules et Jim. Muero cuando Jim le dice a Catherine: amo tu nuca. Es lo único que puedo mirar sin que me miren.

The Prince and the Showgirl. Marilyn: increíblemente hermosa, increíblemente sola.

Queen of hearts. Un nene cuenta la historia de su familia: italianos del sur que emigran a Londres. Imagino que si mi papá contase su historia, sería bastante parecida.

When Harry met Sally. Nunca me canso de verla. Lo que le dice Harry a Sally al final de la película… todavía sigo soñando con que alguien me diga algo así. Pero debo reconocer que yo de Sally tengo muy poco. Triste lo mío.

Houellebecq's attraction


Algunas frases de Ampliación del campo de batalla que me provocan uno celos terribles no haberlas escrito yo:

“¡Qué ganas de vivir tenías entonces! La existencia te parecía llena de posibilidades inéditas. Podías convertirte en cantante de variedades; o irte a Venezuela.”

“Si no escribo lo que he visto sufriría igual; y quizás un poco más. Un poco solamente, insisto en esto. La escritura alivia apenas.”

“Fumar cigarrillos se ha convertido en la única parte de verdadera libertad en mi existencia. La única acción con la que me comprometo plenamente, con todo mi ser. Mi único proyecto.”

“A este mundo le falta de todo, salvo información suplementaria.”

“Implacable escuela de egoísmo, el psicoanálisis ataca con el mayor cinismo a chicas estupendas pero un poco perdidas para transformarlas en putas innobles, de un egocentrismo delirante, que ya sólo suscitan un legítimo desagrado.”

“Uno se acostumbra muy deprisa al hospital.”

“La noche del 31 de diciembre va a ser difícil.”

“Se hizo un gran silencio en el despacho. Yo me doy la vuelta despacio y exclamo hacia el foro, en voz muy alta: ¡Tengo cita con un psiquiatra! y me voy. Muerte de un ejecutivo.”

Ah, a diferencia de La posibilidad de una isla que atrae a chicas lindas, esta novela atrae a chicos lindos. Está comprobado.

(la tapa de la edición de Anagrama me resultó imposible de encontrar en internet)

Friday, December 23, 2005

Delirios de grandeza

1. Las grandes pasiones deterioran órganos
2. Los grandes amores alimentan neurosis
3. Las grandes amistades estimulan adicciones
4. Las grandes producciones me dan ganas de llorar
5. Las grandes hambrunas me las quitan

y otra vez
en el desierto
algo pasa
que ni el viento
ni él

Thursday, December 22, 2005

Ya estoy teniendo graves síntomas de abstinencia


pero voy a tratar de contener mi adicción bloguera.

Wednesday, December 21, 2005

Este blog se encuentra abandonado


chau.

Tuesday, December 20, 2005

Cet obscur livre du desir

Otra de las cosas buenas de la novela de Houellebecq es que atrae chicas lindas. El sábado estábamos en una fiesta (invitó Mariana Levi. Muy buenas las fiestas de Levi) y le dejé mi bolso a Alejo para que lo cuide un rato. Debí imaginar que iba a hurgar entre mis cosas. Cuando volví tenía mi novela en la mano y estaba rodeado de jóvenes y bellas actrices. ¿Qué es esto qué estás leyendo?, me dijo sorprendido, apenas lo saqué se me abalanzaron de una.

La posibilidad de una isla

"Houellebecq ha conseguido, quizás mejor que nunca, poner un dedo en la llaga humana y restregarla para que duela."
Germán Gullón.
¿qué llaga? ¿qué dedo? ¿qué duele?
mmm... estos gallegos...
Creo que justamente lo bueno de la novela es la honestidad con la que Houellebecq dice que no hay llaga, no hay dedo, no hay dolor, y por supuesto, no hay literatura.

Monday, December 19, 2005

Peor que salmón en mal estado

Y hablando de pasión, hace unos días soñé que Marlon Brando me gritaba ¡¡¡Eugeeeeeenia!!! ¡¡¡Eugeeeeeenia!!! Se rompía la camiseta y todo. Entonces yo bajaba por la escalera haciéndome la sexy y cuando llegaba hasta él… en vez de besarme apasionadamente, me decía: ¿Me conseguiste ese disco loco de Calamaro que te pedí el otro día?

Ee adiction

F: no nos volveremos a ver nunca más.
G: el mundo es muy pequeño, nos vamos a volver a cruzar quieras o no.
F: a ti te parecerá que volvemos a cruzarnos, pero yo no te veré.
(Adiós hermano mío)

Ayer pensaba que tal vez la pasión, la pasión… bah, en realidad no pensaba en nada. Otra vez me colgué con Europa europa.

Friday, December 16, 2005

Love story

el peronismo está de moda.
transeúnte anónimo
Mi papá solía contarme, no sin indignación, que cuando murió Evita, mi abuela, inmigrante italiana y beneficiaria de una de las tantas máquinas de coser que regaló la abanderada de los humildes, lo llevó a verla y tuvieron una espera casi eterna hasta que lograron estar cerca de ella. Mi mamá también fue, la llevó mi abuelo, hijo de inmigrantes catalanes, empleado contable de una empresa de seguros y afiliado al partido peronista. Fue él el que me contó que una vez hubo un bombardeo en Buenos Aires y tuvo que irse caminando hasta su casa desde el microcentro (en esas circunstancias era extremadamente peligroso subirse a un medio de transporte). Lo loco del caso es que vivía en Lanús.

Mientras mi abuelo saltaba cadáveres y se le iban llenando los pies de ampollas, su esposa (mi abuela materna, a quien no llegué a conocer), intentaba convencer, primero a los gritos y después a fuerza de bofetadas, a una nena, hija única, pero no demasiado consentida, de que no vaya a la iglesia. A mi mamá se le había ocurrido que quería ir a rezar para que su papá llegase sano y salvo a la casa. Una iglesia ese día era la muerte, y es raro este episodio en la vida de mi mamá: ella siempre fue una ferviente antisuicida. Me contó que como no pudo escaparse a la iglesia, se fue a la terraza, porque desde ahí podía ver cuando mi abuelo llegase. Los aviones pasaban tan cerca, tan cerca… casi podía tocarlos, me dijo.

Mi abuela paterna no sé que estaba haciendo ese día, tal vez cosía, quién sabe. En lo que respecta a mi abuelo paterno, nunca nadie supo nada de lo que hizo después del nacimiento de mi papá. Las últimas informaciones que pude recolectar indican que no es que él no quiso hacerse cargo de su paternidad, sino que fue mi abuela, calabresa de pura cepa, la que lo echó de la casa y no lo dejó volver, a excepción de una vez en la que este inmigrante, también italiano, pero del norte, le obsequió una cuna a Angelito, así se llamaba mi papá.

Angelito creció y quiso estudiar ingeniería naval, pero no pudo, debía mantener a mi abuela que para esa época ya no podía coser porque tenía cataratas en los ojos. Entonces estudió ingeniería industrial (requería menos tiempo que la naval). Conoció a mi mamá antes, a los dieciséis. Los dos nacieron el mismo año. A los veinticuatro se casaron y después de 12 años nací yo y casi tres años más tarde mi hermana.

Tanto mi mamá como mi papá eran antiperonistas. Aunque una vez mi mamá me dijo que votó a Perón (y mi papá también, pero él no me lo dijo nunca, lo supe por ella también). Perón-Perón.

Yo sé la marcha peronista de memoria, mi papá siempre la cantaba y después me decía: todo esto es una gran mentira, empezando por el principio: Perón nunca fue General. Él se sabía también casi todos los discursos de Perón y de Evita. Los tenía en casettes. Era del lema “para combatir al enemigo hay que conocerlo”. Una vez le conté estas cosas de mi papá a un pianista de apellido Dorffman o algo así, y me dijo qué decente era tu papá. Sí era decente, pero no creo que por eso. No, por eso no.

La historia de mi familia es muy pasional y la pasión no suele ser muy constructiva. Tal vez por eso mi familia terminó siendo tan pequeña.


Y acá viene la parte romántica de la historia:

Pienso que es difícil, pero probable, que allí, entre ese tumulto de gente que quería ver el cadáver de Evita, dos niños de aproximadamente 7 años se hayan visto por primera vez. Sin decirse nada, sin darse cuenta siquiera de que se vieron, se enamoraron. Años más tarde se volvieron a cruzar y finalmente se conocieron mejor. Mucho después nací yo, gracias a Evita.

Thursday, December 15, 2005

Palermo Stories (segment 1)

"Don't be light /maybe like me."
(AIR)
Miércoles 14/12. 7.30 hs. apróx. Esquina Mansilla y Coronel Díaz. Bar abarrotado de gente. Los que quedaron afuera pegan sus ñatas contra el vidrio. Gol. Boca gana el campeonato. Yo, que me encuentro sentada en una de las mesitas de la vereda, debo oír, a pesar de que por mis auriculares suena a todo volumen Electronic Performers, esos cantitos que erizan mi piel y me dan vergüenza ajena, pero que en realidad no es ajena sino propia. Siento vergüenza por mi incapacidad de comprender por qué la gente se pone tan feliz con el fútbol. A los hombres se les desfigura la cara. Empiezan a comportarse como monos. Sacuden los brazos. “Dale Bo, Dale Bo”. ¡Dios! Pienso seriamente si será cierto que me gustan los hombres o es algo que me impuso la educación católica homofóbica romana.

Miércoles 14/12. 7.35 hs. apróx. Diván. No menciono el tema. Como diría W. Allen: es demasiado íntimo como para hablarlo con el analista.

Miércoles 14/12. 20.30 apróx. Alto Palermo. Baño de mujeres. Conversación entre dos chicas más o menos de mi edad. Debo oírlas, a pesar de que por mis auriculares suena a todo volumen Don’t be light. ¡Dios! Hay cosas que me hacen sentir totalmente, exacerbadamente, 100%, sin lugar a dudas, absolutamente heterosexual:

1:- Ani, ¿viste este baño? Es para nenes. ¿No es precioso?
2:- Ay, sí, todo chiquitito, me muero.
1:- Sí, qué tierno
2:- Divino
1:- Yo quiero uno así.
2:- Yo también.
1:- ¡Qué cosa divina!
2:- Sí, total, total, ¡me muero!

Wednesday, December 14, 2005

Así nunca voy a poder ser una chica Calamaro


El sábado fuimos de Caballito a Puerto Madero en el auto de Juan Pablo escuchando versiones de los Beatles de la voz de un Calamaro extremadamente drogado e insomne. Diego Einstein estaba preocupado de que nos llevaran presos por portación de música, pero cuando llegó la versión nada infantil de Hola don Pepito, hola don José, nos quedamos tranquilos: presos no íbamos a ir, a lo sumo nos internarían y podríamos conseguir pastillas gratis. Cuando llegamos a esa fiesta que sonaba tan prometedora de emociones en el barco Lady Ice Patagonia y vimos que sólo había cinco personas rozagantes y bien vestidas, decidimos partir hacia otra fiesta en el Club Armenia. Cuando llegamos, un armenio muy mal educado nos avisó de su suspensión. Al salir creí haber perdido mi celular, pero al rato de subirme al auto, empezó a sonar debajo de mi asiento. Llegamos a Plaza Serrano y nos encontramos con el Turro César y sus amigos extranjeros. Después de un rato partimos para el Salón Pueyrredón. Tardamos casi una hora en encontrar el auto, es más, nunca lo hubiésemos encontrado si no hubiese sido porque el señor del trapo naranja, al que prometimos pagarle a la vuelta, nos persiguió como una cuadra para decirnos dónde lo habíamos dejado. Eso mereció una buena propina y desbarató los planes iniciales de no pagarle nada. Otra vez arriba del bólido sonó un tema que decía “así también piensan las manos de Perón, así también piensan las manos”. El turro César me dijo “qué poco Calamaro tenés en tu haber” y con esa frase me sentenció a quedar fuera del plan de ir a ver a Calamaro con las entradas gratis de Juan Pablo. Juan Pablo dice que soy su mejor amiga, pero prefirió darle la entrada a un gordito simpático que estaba con nosotros y que nadie sabe bien de dónde salió.

Monday, December 12, 2005

Colección primavera / verano 2006


Médico psiquiatra: ¿Por qué está triste?
Guerrero: No estoy triste.
M: Está llorando.
G: No estoy llorando.
M: ¿Y esas lágrimas?
G: Es un problema glandular.
(La princesa y el guerrero)




El sábado fui a una feria de cachivaches con mi amiga Carolina y me compré un pastillero que en la tapa tiene la cara de una chica pensativa y pelirroja. El pastillero no es para los ácidos, me lo compré simplemente porque me hizo acordar a una cajita que tenía cuando era chica (bastante más grande que el pastillero del sábado) en donde escondía los antibióticos que simulaba tomar cuando estaba enferma. Desde esos tiempos remotos hago las cosas más complicadas de lo que podrían ser. Pensar que hubiese evitado el gran escándalo familiar que aconteció el día en que descubrieron mi caja de pastillas, simplemente tirándolas por el inodoro. ¿De dónde nacerá el afán coleccionista? Además de pastillas, coleccionaba figuritas y nunca las pegaba en los álbumes porque, de alguna manera, pegadas en los álbumes dejaban de ser figuritas. Hubo una época en que coleccioné los tubos de las papas fritas Pringles (recién tuve que preguntar cómo se llamaban, ya me había olvidado) pero era bastante incómodo eso, los tubos ocupaban mucho espacio. Después tuve colecciones más bacanas, como barbies y pequeños ponies. Con el subsidio de mi papá y las relaciones diplomáticas que mi mamá establecía entre él y yo, logré tener una importante cantidad de esas cositas plásticas. Hace mucho que no colecciono nada. Me da pena no contar ya con ese tipo de emotividad que da el hecho de coleccionar algo. Creo que eso empezó en la adolescencia, justo cuando comencé a transitar el camino del goce en la pérdida. Uy, y hablando de pérdida, no sé dónde habrá quedado el pastillero.

Friday, December 09, 2005

Cosas que pasan

él
me mostró las fotos
de todas sus amantes

todas
lindas y
farsantes
como yo

amor
falso


je te kiffe
je te kiffe

si es falso
que suene raro, digo

je te kiffe
grave
je te kiffe
grave
je te kiffe

KNIFE


así, así
amor

de callejón, sexo
comprometido

amor
con desayuno
incluido, esto

que es falso


un juego
amor

de niños suicidas

Tuesday, December 06, 2005

Consideraciones sabáticas


¿Era en Domicilio conyugal donde Claude Jade le enseña a Jean-Pierre Léaud a untar las tostadas de una manera especial para evitar que se partan? Siempre me pasa, no con todas, pero sí con varias películas de Truffaut, que no sé cuál es cuál, ni recuerdo cómo empiezan ni cómo terminan, sólo sé que me encantan, y cuando paso por Europa Europa y están dando una de Truffaut soy capaz de arrancarle un brazo a quien ose cambiar de canal (no es fácil conseguirlas en DVD ¿o será uno más de los versos de Diego?). Bueno, supongamos que era Domicilio Conyugal. Esto viene a cuento de cómo empezó mi día sábado. Serían las doce. Yo estaba frente a la tele con la bandeja que contenía el nesquik, las tostadas y la mermelada, cuando llegó mi mamá de misa, no, misa es los domingos, cierto, no sé de donde venía. Lo primero que hizo fue recriminarme que estuviera frente al televisor desde tan temprano. Entonces yo le dije “mamá, es que la vida es una película, y aparte uno aprende mucho de las películas”. Continué: “¿Ves que las tostadas me salen perfectas? Esto es gracias a que en Domicilio conyugal (si es en otra película de Truffaut mi mamá nunca lo descubriría, no le gusta Truffaut, a excepción de las películas en donde trabaja Depardieu) Claude Jade, esa francesa tan linda y simpática, le muestra a Jean-Pierre Léaud que si pone una tostada debajo de la tostada a untar, ésta no se rompe. ¿Ves?”. “Y como esto, hay innumerables cosas que aprendí del cine, es más, creo que mi educación formal fue una verdadera pérdida de tiempo. Si todas esas horas que debí padecer (y sigo padeciendo) las hubiese empleado en ver películas, otra sería la historia de mi vida.” Entonces ella me dijo: “Ay, Eugenia, ¿por qué cada vez que hablás me hacés acordar tanto a tu padre? (si este comentario viene de boca de mi madre debe tomarse como un insulto). ¿Pero ahora que dije mamá?, le pregunté angustiada, si no hablé de River, ni de Napoleón, ni de sistemas de programación y tampoco te pedí que me sirvas un whisky… Bueno, parece ser que, por lo que me contó esa mañana mi mamá, cuando yo tenía que empezar la primaria me anotaron en el único colegio de la zona donde quedaban vacantes (Ay, ellos siempre fueron algo distraídos y se acordaron a último momento de que debían buscarme un colegio y el único que me aceptó a dos días de empezar el ciclo escolar fue uno de monjas y sólo para chicas). La cuestión es que mi papá se encabronó porque nunca le gustaron las monjas y dijo que él se ocuparía de educarme. Parece algo dicho al pasar, pero hablaba en serio, y estuve una semana sin ir al colegio hasta que él cedió y fui al colegio de monjas nomás (en realidad creo que cedió porque se dio cuenta de que pasar tantas horas con una criatura menor de 6 años no es algo fácil de aguantar). Cuando mi mamá me contó esa anécdota, súbitamente recordé escenas de esa semana de formación cien por ciento paternal. Lo primero que mi papá intentó enseñarme fue a jugar al ajedrez (ya lo había intentado cuando yo tenía cuatro, pero sin ningún resultado). Ahora recuerdo que hubo una partida que tuvimos que suspender y dejarla para el otro día. Quise hacer trampa, para qué negarlo, y a la noche me levanté a modificar algunas piezas, con tan poca habilidad, que terminé perjudicando mi juego. Bueno, otra de las lecciones consistió en ver El Padrino I y II (la III todavía no había salido) y en ese momento no me gustaron mucho, prefería toda la vida los Cuentos asombrosos de Spielberg. En fin, con mi viejo siempre fue así, no era que no tuviéramos cosas en común, simplemente estábamos a destiempo. Ah, y hablando de todo esto, me acordé de otra de Truffaut, El niño salvaje, entonces, ahora que vuelvo a pensarlo, la afirmación que le hice a mi mamá no es del todo correcta, la vida no es una película, son varias, muchísimas.

Hoy, martes 6/12

NOCHE DE CUENTOS

Los integrantes del Grupo Alejandría invitan a compartir la última noche de cuentos del año. Como siempre, se contará con la presencia de escritores invitados que van a venir a leer sus cuentos.

La idea es que podamos quedarnos un rato más despúes de terminadas las lecturas. El bar nos va a convidar con un happy hour para el final.


El lugar: Bar Bartolomeo (Bmé. Mitre 1525)
21hrs. Gratis.

Te invitamos a cerrar juntos este primer año de las Noches de Cuentos.

Saludos,
Grupo Alejandría.

(me dijeron que iba a ir Abelardo Castillo. e.)

Friday, December 02, 2005

Causeries de los jueves


Fleur, Ariel (amigos y compañeros de trabajo) y yo, vamos los jueves al psicólogo (a distintos psicólogos, claro) y nos tomamos el 39 (cualquier interno, menos el 3, que tarda mucho hasta que llega a Santa Fe). El problema de viajar con amigos hasta el psicólogo es que cuando llego no tengo ganas de hablar y encima ese diván tapizado tan bonito y la gran cantidad de almohadones de colores me dan unas ganas locas de echarme una siestita. Ayer, en el 39, estábamos hablando de que no hay mucha gente linda en la Universidad donde trabajamos y que Recursos Humanos debería, como incentivo a las personas que hace años nos desempeñamos en tan prestigiosa institución, contratar a personas un poco más atractivas, sino uno en lo único que piensa es en cuándo llegarán las vacaciones. Después Ariel me contó que el Obelisco iba a estar disfrazado de preservativo rosa y yo pensé que cuando saliese del psicólogo me daría una vueltita para verlo, pero me olvidé y me fui derecho a casa. Debo tener una conexión extraña con Francia (¿será por el apellido francés de mi mamá? ¿Será que tantos años de análisis no consiguen desprenderme de mi cordón umbilical?) La cosa es que prendo la tele y por casualidad pongo TV5 justo cuando pasaban la noticia del obelisco encapuchado con motivo del día internacional del SIDA. Que lo vi lo vi, pero me quedé con la intriga de si tendría gusto a frutilla. Igual si hubiese ido personalmente a verlo no creo que me hubiese atrevido a darle una probadita.

Plátano Verde


No se leen, pero estos son unos poemas míos que publiqué en la revista Plátano Verde de Venezuela. Es una revista muy linda, lástima que tan sólo llegaron unos pocos ejemplares a estos pagos: www.platanoverde.com. Confío que con la salida de Los Asesinos Tímidos creemos una red magazinera de intercambio.

Thursday, December 01, 2005

Blogueando bajo la ducha

Hoy, mientras me bañaba, me colgué pensando en los pocos comentarios que tiene mi blog y llegué a las siguientes conclusiones: 1) No soy muy leída 2) mi escritura no da lugar a decir muchas cosas. Mis posts a veces son como preguntas con la respuesta incorporada y en otros casos son grititos al vacío o largos suspiros de aburrimiento.
Después me colgué pensando en por qué escribo para que no me respondan, y claro, ahí recordé el manual freudiano de la histeria. Sí, me gusta lo que me falta. Así que si no me dejan comentarios, sepan que en el fondo, aunque yo lo viva como un hecho angustiante, en realidad me gusta.
Bueno, debo contar que este cuelgue duró bastante, y salí toda arrugada de la ducha.