6.La novela
Hace unos días Juancito me preguntó si por el hecho de traducir tantas novelas no me habían dado de ganas de escribir una. Le respondí que no, y no conforme con mi monosílabo me dijo, ¿por qué no, papá? Se me ocurrió decirle que para escribir una novela el autor tiene que estar al tanto de ciertos temas, por ejemplo, si el protagonista es ingeniero en sistemas, tiene que manejar, aunque sea mínimamente, algo de su lenguaje específico, si en cambio el protagonista es un viajero, el autor debe conocer lugares, y yo no tengo ningún conocimiento específico ni conozco demasiados lugares, sobre todo, carezco de curiosidad y no me interesa saber algo en profundidad; tampoco en su superficie. Por otra parte, odio hablar, y los novelistas son unos grandes charlatanes. Ellos, además, se caracterizan por ser obsesivos, y yo debo reconocer que tantos años de diván me volvieron completamente histérico. En una época me obsesionaban las mujeres, ahora simplemente me quedó el miedo hacia ellas, un miedo inexplicable, como si viniera transmitido genéticamente, un miedo parecido al que ellas sienten por las ratas. Escribir una novela, al fin y al cabo, sería lo último que haría y jamás se me hubiese ocurrido pensar en eso si no hubiese sido por la pregunta de mi hijo.
Hace unos días Juancito me preguntó si por el hecho de traducir tantas novelas no me habían dado de ganas de escribir una. Le respondí que no, y no conforme con mi monosílabo me dijo, ¿por qué no, papá? Se me ocurrió decirle que para escribir una novela el autor tiene que estar al tanto de ciertos temas, por ejemplo, si el protagonista es ingeniero en sistemas, tiene que manejar, aunque sea mínimamente, algo de su lenguaje específico, si en cambio el protagonista es un viajero, el autor debe conocer lugares, y yo no tengo ningún conocimiento específico ni conozco demasiados lugares, sobre todo, carezco de curiosidad y no me interesa saber algo en profundidad; tampoco en su superficie. Por otra parte, odio hablar, y los novelistas son unos grandes charlatanes. Ellos, además, se caracterizan por ser obsesivos, y yo debo reconocer que tantos años de diván me volvieron completamente histérico. En una época me obsesionaban las mujeres, ahora simplemente me quedó el miedo hacia ellas, un miedo inexplicable, como si viniera transmitido genéticamente, un miedo parecido al que ellas sienten por las ratas. Escribir una novela, al fin y al cabo, sería lo último que haría y jamás se me hubiese ocurrido pensar en eso si no hubiese sido por la pregunta de mi hijo.
3 comments:
un ejercicio de paciencia..........tendré que esperar al número 7
Perdón, queda fuera de lugar, pero me pareció excelente el post del dia 19 de enero (supuse que si dejaba el comment ahi no lo iban a notar). Everybody's got something to hide, except for me and my monkey también me pareció bueno, son 13 según leí, asi que vamos a ver que nos depara.
Muy buen blog, volveré y sere mil comments.
Saludos
Abukasem: ups, no sé por qué me parece que el cap. 7 te va a decepcionar.
Fran: Me encantó lo de "mil comments".
Saludos.
Post a Comment