Cuando Silvio Astier dice “y un espanto delicioso nos apretaba el corazón al pensar con qué ojos nos mirarían las nuevas doncellas que pasaban, si supieran que nosotros, tan atildados y jóvenes, éramos ladrones… ¡Ladrones!...” yo estoy casi segura de que estas señoritas morirían de amor. Y ni hablar si supieran que estos jóvenes atildados están a punto de robar una biblioteca.
2 comments:
ESTE POST ME RECUERDA MUCHO LAS AGUAFUERTES PORTEÑAS. TU PROXIMO BLANCO PARA ROBAR EN ALGUNA BIBLIOTECA PUBLICA JAJAJAJJA
Euge, acá te mando un link más que arltiano,
saludos
santiago (cathie)
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