Wednesday, March 29, 2006

La fiesta de Sigmund


El Pésame, cuando yo recibía educación religiosa, no estaba de moda, sin embargo, mamá me lo enseñó a rezar igual. Siempre me pareció terrible esa oración, pero como a ella le gustaba, yo trataba de evitar interpretar esa sucesión de palabras, simplemente las repetía, y a fuerza de repetición, es el día de hoy que cuando estoy angustiada, o simplemente aburrida, vuelven a mi cabeza: “Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que me merecí y por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos”. Ah, una verdadera pesadilla de culpa, pero la razón principal por la que el Pésame me parece terrible es porque tiene malas intenciones. Eso de “y propongo firmemente no pecar más” es cualquiera, ¿cómo no voy a pecar más?, pensaba cuando era chica, hasta los santos se debían mandar sus pecadillos de vez en cuando. Además, si esa proposición fuese cierta, el Pésame se debería rezar una sola vez en la vida, porque si no se peca más ¿para qué rezarlo, si no hay nada de qué arrepentirse? Dios, ¿me querés hacer pisar el palito, no?, le preguntaba picaronamente, y por las dudas, para no recibir castigos divinos extras por proposiciones no cumplidas, lo rezaba con los dedos cruzados. Ayer tuve una pesadilla: era de noche y estaba sola en una iglesia. Rezaba. Empecé a desesperarme porque no lograba recordar el final de la oración: “y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de… de… de… “¡de deseo!”, me grita Jesús, y se baja lo más campante de la cruz. Todo chorreante de sangre empieza a caminar hacia mí y me despierto sumamente sobresaltada, pero no por la sangre, sino porque, en realidad, la oración no termina con la palabra deseo, sino con la palabra pecado, “evitar todas las ocasiones próximas de pecado”. Maldito inconsciente mío, pienso, ¿por qué seré tan de manual?

8 comments:

Unknown said...

No es para defender la oración, de hecho me parece de las oraciones menos felices que nos eseñaban en el cole, pero... proponerse no pecar más no es un juramento, no es firmar un pagaré, es simplemente proponerse... cuánto más uno se lo proponga, se supone que más lejos del pecado se va a mantener. Imaginate si ni siquiera me lo propusiera.
Anyway... fea la oración. Y delicioso tu inconsciente.

Eugenia Rombolá said...

Bueno, ok, pero ¿no es ridículo proponerse algo que ya de antemano se sabe que no se va a cumplir? ¿será el Pésame el origen de mi locura? Ah, por otra parte: qué bueno lo que decís de mi inconsciente, nunca lo había pensado como una manzana.
Saludos!
E.

Unknown said...

Mmmm... no la pases por el rayador a esa manzana!
(RISAS)

Vivian said...

tal vez no serías tan de manual sino hubieras leído freud
... y el rayador será el psicoanálisis??

Eugenia Rombolá said...

ay, vivi, ahora, de sólo pensar en esa idea, me da "qué se yo" volver al analista.

Vivian said...

perdón....

vivi

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