Tuesday, December 06, 2005

Consideraciones sabáticas


¿Era en Domicilio conyugal donde Claude Jade le enseña a Jean-Pierre Léaud a untar las tostadas de una manera especial para evitar que se partan? Siempre me pasa, no con todas, pero sí con varias películas de Truffaut, que no sé cuál es cuál, ni recuerdo cómo empiezan ni cómo terminan, sólo sé que me encantan, y cuando paso por Europa Europa y están dando una de Truffaut soy capaz de arrancarle un brazo a quien ose cambiar de canal (no es fácil conseguirlas en DVD ¿o será uno más de los versos de Diego?). Bueno, supongamos que era Domicilio Conyugal. Esto viene a cuento de cómo empezó mi día sábado. Serían las doce. Yo estaba frente a la tele con la bandeja que contenía el nesquik, las tostadas y la mermelada, cuando llegó mi mamá de misa, no, misa es los domingos, cierto, no sé de donde venía. Lo primero que hizo fue recriminarme que estuviera frente al televisor desde tan temprano. Entonces yo le dije “mamá, es que la vida es una película, y aparte uno aprende mucho de las películas”. Continué: “¿Ves que las tostadas me salen perfectas? Esto es gracias a que en Domicilio conyugal (si es en otra película de Truffaut mi mamá nunca lo descubriría, no le gusta Truffaut, a excepción de las películas en donde trabaja Depardieu) Claude Jade, esa francesa tan linda y simpática, le muestra a Jean-Pierre Léaud que si pone una tostada debajo de la tostada a untar, ésta no se rompe. ¿Ves?”. “Y como esto, hay innumerables cosas que aprendí del cine, es más, creo que mi educación formal fue una verdadera pérdida de tiempo. Si todas esas horas que debí padecer (y sigo padeciendo) las hubiese empleado en ver películas, otra sería la historia de mi vida.” Entonces ella me dijo: “Ay, Eugenia, ¿por qué cada vez que hablás me hacés acordar tanto a tu padre? (si este comentario viene de boca de mi madre debe tomarse como un insulto). ¿Pero ahora que dije mamá?, le pregunté angustiada, si no hablé de River, ni de Napoleón, ni de sistemas de programación y tampoco te pedí que me sirvas un whisky… Bueno, parece ser que, por lo que me contó esa mañana mi mamá, cuando yo tenía que empezar la primaria me anotaron en el único colegio de la zona donde quedaban vacantes (Ay, ellos siempre fueron algo distraídos y se acordaron a último momento de que debían buscarme un colegio y el único que me aceptó a dos días de empezar el ciclo escolar fue uno de monjas y sólo para chicas). La cuestión es que mi papá se encabronó porque nunca le gustaron las monjas y dijo que él se ocuparía de educarme. Parece algo dicho al pasar, pero hablaba en serio, y estuve una semana sin ir al colegio hasta que él cedió y fui al colegio de monjas nomás (en realidad creo que cedió porque se dio cuenta de que pasar tantas horas con una criatura menor de 6 años no es algo fácil de aguantar). Cuando mi mamá me contó esa anécdota, súbitamente recordé escenas de esa semana de formación cien por ciento paternal. Lo primero que mi papá intentó enseñarme fue a jugar al ajedrez (ya lo había intentado cuando yo tenía cuatro, pero sin ningún resultado). Ahora recuerdo que hubo una partida que tuvimos que suspender y dejarla para el otro día. Quise hacer trampa, para qué negarlo, y a la noche me levanté a modificar algunas piezas, con tan poca habilidad, que terminé perjudicando mi juego. Bueno, otra de las lecciones consistió en ver El Padrino I y II (la III todavía no había salido) y en ese momento no me gustaron mucho, prefería toda la vida los Cuentos asombrosos de Spielberg. En fin, con mi viejo siempre fue así, no era que no tuviéramos cosas en común, simplemente estábamos a destiempo. Ah, y hablando de todo esto, me acordé de otra de Truffaut, El niño salvaje, entonces, ahora que vuelvo a pensarlo, la afirmación que le hice a mi mamá no es del todo correcta, la vida no es una película, son varias, muchísimas.

9 comments:

Abukasem said...

Un soplo de brisa fresca en este atardecer martesino. Merci

Anonymous said...

¿De qué me sirve ser bien smarter than he si no puedo tenerla cerca, Srta Periodista?

Creo que a mí me ha gustado su texto. Seguiré pasando a verla escribir... y por favor, no se haga la simpática en sus textos que le queda mal... siga con la irreverencia y las preguntas incisivas... que aunque a Terranova no le gusten, me parecen más interesantes.

Juan Pablo Bertazza said...

Tardaste mucho en postear nuestra loca salida del sábado, y te gané de mano...

besos

Lady V said...

HELP MEEEEEEEEEee
lo armeeeee pero no puedo hacer m[as nada...ando perdida......help me pls!
look: sortilegioscriminales
:D
I need you
Lady Z

U. said...

Muy buen post.... y gracias por el regalito del final, pero la verdad, no fue ningun esfuerzo leerte. Un placer.

Unknown said...

Al propietario de un Peugeot 401 Jurassic Park, con patente MER 340, por favor presentarse en la cabina del piloto.

Eugenia Rombolá said...

Abuk: qué casualidad, mientras escribía este post, estaba comiendo una pastilla hall. Gracias.

Funes: ¿en serio no me sienta bien la simpatía?

Juampi: che, me re mandaste en cana en tu post!

Lady z: no te preocupes, en estos días nos vemos y te ayudo, es una pavada.

Uralita: gracias! Ah, y no sabés como admiro la capacidad que tenés para escribir todos los días. Es muy divertido tu blog.

Peluxx: vos decís que cuando me lees no entendés nada, pero yo tampoco te entiendo! En fin, igual está bueno el desconcierto de tus comentarios, son muy creativos.

Anonymous said...

hace unos meses salio una autobiografia de catherine deneive, quien fuera durante un tiempo musa de truffaut. califico a su ex director y amamnte de debil e inseguro(por que habria de mirar un apelicula de un deblucho inseguro y encima frances?)

Anonymous said...

no la mires