Monday, December 12, 2005

Colección primavera / verano 2006


Médico psiquiatra: ¿Por qué está triste?
Guerrero: No estoy triste.
M: Está llorando.
G: No estoy llorando.
M: ¿Y esas lágrimas?
G: Es un problema glandular.
(La princesa y el guerrero)




El sábado fui a una feria de cachivaches con mi amiga Carolina y me compré un pastillero que en la tapa tiene la cara de una chica pensativa y pelirroja. El pastillero no es para los ácidos, me lo compré simplemente porque me hizo acordar a una cajita que tenía cuando era chica (bastante más grande que el pastillero del sábado) en donde escondía los antibióticos que simulaba tomar cuando estaba enferma. Desde esos tiempos remotos hago las cosas más complicadas de lo que podrían ser. Pensar que hubiese evitado el gran escándalo familiar que aconteció el día en que descubrieron mi caja de pastillas, simplemente tirándolas por el inodoro. ¿De dónde nacerá el afán coleccionista? Además de pastillas, coleccionaba figuritas y nunca las pegaba en los álbumes porque, de alguna manera, pegadas en los álbumes dejaban de ser figuritas. Hubo una época en que coleccioné los tubos de las papas fritas Pringles (recién tuve que preguntar cómo se llamaban, ya me había olvidado) pero era bastante incómodo eso, los tubos ocupaban mucho espacio. Después tuve colecciones más bacanas, como barbies y pequeños ponies. Con el subsidio de mi papá y las relaciones diplomáticas que mi mamá establecía entre él y yo, logré tener una importante cantidad de esas cositas plásticas. Hace mucho que no colecciono nada. Me da pena no contar ya con ese tipo de emotividad que da el hecho de coleccionar algo. Creo que eso empezó en la adolescencia, justo cuando comencé a transitar el camino del goce en la pérdida. Uy, y hablando de pérdida, no sé dónde habrá quedado el pastillero.

9 comments:

LOS ASESINOS TIMIDOS said...

Me encantan tus anécdotas.... espero tus notas literarias.
JJB

Saulo Victoria said...

Señora, usted se me ha tornado fascinante. Desde hoy comienzo a coleccionarla.
La leo de vez en cuando y nunca deja de asombrarme.
Le mando un blogbeso.

U. said...

que buen post!
Yo coleccionaba papeles de carta, y solo los usaba en ocasiones muy muy especiales. Otro furor, especialmente masculino, eran las colecciones de marquillas o de latitas. Pero tubos de Pringles? Ja, nunca escuche. Poco practico pero gracioso. Un beso!

Juan Pablo Bertazza said...

Salud, Reina de los Blogs!

Eugenia Rombolá said...

Juanjo: en eso estoy, en eso estoy.

Saulo victoria: gracias por sus halagos, nunca imaginé ser objeto de colección, pero me gusta la idea.

Uralita: sabés? Cuando terminé de escribir el post me acordé de los papeles de carta! Mis preferidos eran unos me trajo mi papá de Brasil que tenían olor a frutas y después me encantaban unos que eran de unos angelitos. Sólo los usaba para escribir cartas de cumpleaños.

Juampi: best friend, muy bueno Deep Armenia, jeje, tenés que grabarme ese disco de Calamaro.

Unknown said...

- Comment número?
- Comment número 6, José María.

Yo coleccionaba (mentalmente) frases de relatores de fútbol y propagandas de radio Mitre, más precisamente del programa de Mochín Marafioti.
Cuando era chico tenía una radio abajo de la almohada porque me daban miedo los ruidos de mi casa. Como sólo era AM, lo mejor que tenía era a Mochín, con sus hits "Agujetas Color de Rosa" y "Pio Pio Pio".

No quieran saber, no le pregunten a nadie....

Anonymous said...

...eh, peluxx, tire más datos que suena interesante...

...y usted Rómbola, publique más seguido que son interesantes sus anécdotas. Tiene un perfil entre desinteresado y pelotazo que me sorprende...

...debe ser por eso que la prefiero franca antes que simpática...

Abukasem said...

Yo coleccionaba a los padres de mis amiguitos del colegio, asi lograba que vinieran a mi casa a jugar.

Anonymous said...

A mí me parece que en este blog estás coleccionando cosas también.
Flor.